Explora cómo las familias han incorporado los pañales de tela en su día a día.
Estos relatos personales te brindarán una visión íntima de cómo afecta tanto a los bebés como a los padres, y cómo se ha convertido en una parte importante de su estilo de vida.
Empecé a usar pañales de tela a partir del segundo o tercer día de la salida del hospital, es nuestro primer bebé y llevarlos al hospital se me hacía algo cuesta arriba. Pedimos un alquiler durante los 3 primeros meses, queríamos probar antes de hacer la inversión, ya que no sabíamos si se nos iba a dar bien o no. Los primeros días nos fugaba cada pañal que poníamos… Era un desastre todo… Cambio de pañal implicaba en 90% cambio también de ropa. Mi pareja vio que los pañales abultaban mucho, fugaban…
No le gustó la experiencia, yo no desistí y poco a poco me hice con ellos y ya dejó de fugar y vi que sistemas me iban mejor que otros (es lo bueno del alquiler, conocer marcas y sistemas que se adaptan bien a vosotros).
Tras el alquiler, contacté con un par de asesoras, entre ellas Nines, y me recomendaron marcas según la tipología de mi bebé, entre eso y mi experiencia con el alquiler pude hacer una primera compra de pañales de tela. En mi experiencia, lo que más nos ha funcionado son los pañales de bolsillo con predoblados. En nuestro día a día yo dejo los pañales montados y los usamos todos, mi pareja ha vuelto a probar y ha visto que va mejor que cuando empezamos, y ahora los usa, y cuando la dejamos con un familiar le hemos explicado y los ponen también sin problema, al fin y al cabo se ponen de manera muy similar a los desechables.
Empezamos usando tela en casa y desechables cuando salíamos, ahora usamos tela 100% y sin problemas. Todo necesita de sus tiempos y sus aprendizajes, al principio puede asustar por haber tantas tipologías e información, pero una vez pruebas resulta todo más sencillo y más cuando tienes a gente muy amable dispuesta a asesorarte y acompañarte en el proceso. Vale mucho la pena el alquiler, para probar y ver si es lo que imaginabas o no y saber que sistema se adapta mejor a vuestras necesidades.
Espero que te animes y hagas la prueba, ¡vale la pena!
Comencé a usar pañales de tela cuando nació mi primera hija, teníamos muy claro que queríamos usar tela porque vi cómo algunos de mis sobrinos la usaron y estaba convencida de que era la mejor opción.
La verdad es que mis principales motivos para elegir la tela cuando estaba embarazada eran el ahorro económico y el no tener que preocuparme de comprar pañales a cada poco.
Las primeras compras fueron en Mis Canguritos y se hicieron eternas, ya que no entendía nada de nada de aquel menú tan largo ¡Demasiadas palabras nuevas para mí! (para no perderte nada tienes el diccionario pañalero) Pero, gracias a la incansable ayuda de Mamá Caléndula, pudimos usar tela desde que volvimos a casa del hospital. Desde el principio nos sorprendió lo fácil que era usar tela, y los pocos desechables que teníamos quedaron directamente sin estrenar.
Cuando nació Claudia además, cambió mi forma de ver las ventajas de usar pañales de tela. La gran cantidad de pañales que teníamos que usar cada día hizo que me diera cuenta de las montañas de basura que los pañales desechables estaban generando en todo el mundo, y la reducción de residuos se convirtió en lo más importante para mí.
TotsBots y Milovia fueron nuestras primeras marcas favoritas y también nos iniciamos en la práctica de HNI (higiene natural infantil) desde las primeras semanas.
Cuando, antes de que Claudia dejase el pañal, me quedé embarazada otra vez, pensé que ya lo tenía todo controlado y compré los pañales que me habían funcionado con la primera… pero Guzmán resultó ser un bebé diferente, con otros ritmos y necesidades:
No podía cambiarle el pañal estando dormido porque no había manera de que se volviese a dormir, hacía mucho más pis que su hermana por lo que necesité pañales más potentes, sólo hacía caca una vez al día por lo que me era mucho más facil reutilizar los cobertores…
Total, que con Guzmán los ajustados y refuerzos fueron indispensables, cuando con Claudia eran totalmente necesarios, también empezó ahí nuestro amor por los preflats.
Desde que usamos pañales de tela no hemos dejado de recomendárselos a todo el mundo y ayudar a comprenderlos a quien lo necesitase. He prestado mis pañales de recién nacido a varias amigas tras su uso, y ahora me siento muy feliz de dar un paso más y transformar este hobbie en un emprendimiento.
Me conciencié de lo nocivos que son los pañales desechables cuando cada día sacaba una bolsa llena de pañales que iban a ser enterrados bajo la misma tierra en la que van a vivir mis hijas. Me preocupo de darles alimentación ecológica, de vestirla con fibras naturales y orgánicas… ¿y luego les pongo plástico en la piel? Vi enseguida la inconcluencia de la situación, y por eso me decidí a probar los pañales de tela.
Antes de probarlos me parecía un imposible, pero pronto vi que la rutina se coge rápido, que su uso no me supone mucho más tiempo, ¡y que la piel de mis pequeñas está mucho mejor! Además me han permitido conocer a una tribu de mamis que va mucho más allá de la tela
Desde que alquilé, cuando me preguntan por los pañales de tela siempre digo “lo mejor que puedes hacer antes de comprar o lanzarte a usar tela es alquilarlos” y probar. Probar te da una idea de lo que significa usar tela a diario y del “trabajo” que representan las rutinas de lavado. Sobre todo porque no lavamos a mano, el trabajo lo hace la sra. Lavadora.
Me parece una forma clave de saber dónde gastas dinero, si no lo has probado antes puede ser que estés jugando a la lotería. Quien sabe como te imaginas un pañal y luego como es el paquete que llegará a casa.
Cuando hablamos de probar en el alquiler es porque:
– puedes ir con la idea de probar marcas
– puedes ir con la idea de probar sistemas
– puedes ir con la idea de probar opciones para la noche
– puedes ir con la idea de probar lana o polar si no sabes si te apañarán
– puedes ir con la idea de probar distintos tipos de patrón (más ancho o estrecho de ingles)
Y por lo general, la inversión vale la pena. Sobre todo porque después vas más tranquila comprando, porque por un lado sabes lo que vas a recibir y por otro (extra) que le va bien a tu criatura.
Además un alquiler te ofrece un asesoramiento, la posibilidad de preguntar a alguien dudas que puedas tener y sobre todo un referente de alguien que ya está familiarizado y que lleva años usando esos productos que tu recién descubres.
Hace más de 4 años, durante mi primer embarazo me emperré en buscar información sobre los pañales de tela. Pero lo hice bastante mal. Ya los habían usado mis padres con nosotros, somos 3 hermanos, pero tenía que existir algo más. Solo encontraba por todos lados y por las tiendas de puericultura que visitaba los mismos: pop in y bambino mio. Información cero de cómo gestionarlos además. No busques más, me decían. No existe otra cosa. Y me lo creí. Y no nos iba nada bien. En casa sí, porque no usaba los cobertores, usaba de cobertor lo que viene de nocturno de pop in, y se lo cambiábamos muy rápido para que no calara. Pero fuera era imposible.
Y cuando fue creciendo la peque “eso” de cobertor no valía. Y los otros eran inmensos. Alternábamos con desechables, no nos quedaba otra. Y sin llegar a rendirnos del todo, no recuerdo muy bien cómo llegamos a Ecoculito. Y a Verde Salvia. Y vimos la luz. A través de ellas y de las marcas polacas a Mis Canguritos, Ecoconejitos, la Ecoteca del bebé, Yaiza de Vaya tela (tenemos ese primer pañal de la primera sipt con la compresa a juego), y en esa primera semana aprendimos a doblar los predoblados a lo friki. A conocer otras marcas y sistemas.
Y pañalear con dos ha sido mucho más sencillo de lo que pensábamos. Aunque las montañas de pañales por montar a veces nos hayan intentado comer con sus fauces, ya venir de resabidillos ha hecho que fuera fácil y sencillo. Y que disfrutábamos hasta de no limpiar “de más” durante la exclusiva jajajja.
Encontrar gente como Nines que comparte información hasta de cómo dar a un botón para ser más eficaces es oro en este camino. Y la tribu que ha ido creando alrededor de ellos maravillosa.
“Conocí los pañales de tela con mi primer bebé por mera casualidad, ya que, debido a que en esa época estaba intentando encontrar alternativas zero waste para uso doméstico, me salieron en una publicidad en las redes sociales.
Al principio sabía muy poco sobre diferentes marcas y sistemas, y lo poco que aprendí fue a base de buscar por internet y en grupos de apoyo en las redes sociales (ojalá hubiese una Nines de aquella explicándolo todo 🤭). Tuve problemas con las dosis de detergente que acabé solucionando a base de experimentar y preguntar, y luego ya todo fue rodado.
Ahora con mi segundo bebé estoy reutilizando la mayoría de los pañales que usé con mi hijo mayor, además de otros que fui comprando con diferentes sistemas y de diferentes marcas que me gustaron más que los que tenía al principio. La rutina de lavado es más sencilla de lo que me pareció en un inicio, la piel de mi bebé está impecable y sus pañalitos llaman la atención allá a donde va.
Estamos muy contentos de haber dado este paso y colaborar de esta manera a la salud del planeta, reutilizando y generando menos plástico que tardaría cientos de años en desaparecer.”
Mi experiencia con los pañales de tela:
Antes de quedarme embarazada sabía que quería usar tela. Tenía mil dudas ya que solo conocía a una mamá que los usaba y todo eran problemas según su experiencia y admito que eso me tiraba para atrás.
Cuando me quedé embarazada empecé a buscar información sobre diferentes cosas entre ellas los pañales y me salió una publicación de Nines. En mi entorno no me animaron mucho, solo mi pareja y eso es lo que contaba.
Le pedí una asesoría y fue genial toda la información que nos dio y súper bien explicada. Hice mi primer pedido y deseaba que naciera la peque para empezar a pañalear. No todo fue fácil ya que a veces las dudas sobre si los colocaba bien o si los lavaba adecuadamente llegaban con facilidad pero Nines siempre estaba para ayudarme.
Es cierto que hubo varias ocasiones que nos costaba pañalear ya que es un tiempo que debes invertir entre lavadoras, compras, montar los pañales y eso a veces cuesta y más si tienes poco tiempo pero al final pienso en todo lo que le estamos ahorrando al planeta y eso me ayuda.
Hasta ahora llevo casi 12 meses pañaleando, he comprado mucho y también le pido alquileres a Nines ya que me sirven para ver qué pañales me van mejor. En la etapa de recién nacida los preflats y gasas fueron las estrellas. Ahora los ajustados o los todo en dos o en uno son los que más usamos. Agradecemos a Mispañalitos toda su sabiduría pañalera. Es un lujo tener una asesora así de bien informada y nosotros contentos de poder usar tela.
Mi experiencia con los pañales de tela ha sido muy variable a lo largo del tiempo. Inicialmente (cuando el bebé era lactante todavía) nos fueron de maravilla. Con los desechables siempre teníamos fugas de caca porque eran muy líquidas, mientras que con la tela conseguíamos que no saliese. En cuanto a higiene, duración y todo en general, muy contentos con la tela.
Pero en cuanto el nene fue cogiendo mucho más peso (cerca del primer año) le empezaba a apretar demasiado en las piernas y se juntó con que por motivos familiares y laborales pasábamos poco tiempo en casa por lo que los pañales de tela nos resultaba un problema añadido y varios quebraderos de cabeza. Por este motivo, lo hemos dejado estar un tiempo, nos gusta mucho pero ha sido algo que no hemos podido gestionar bien en estos momentos.
Nuestra experiencia con los pañales de tela está siendo muy positiva. Empezamos a pañalear cuando la peque pesaba 4kg para dejarle un planeta mejor y una piel llibre de tóxicos. No teníamos prácticamente referentes y compramos un pack de pañales de segunda mano todos de la misma marca. Por suerte los pañales estaban en buen estado!